sábado, 28 de julio de 2007

Pasajeros de la vida

"Prometo no seguir viviendo así, prometo no pensar en ti. Prometo que a partir de ahora lucharé por cambiar. Sabes que lo digo de verdad, que no te voy a fallar en nada. Promesas que se perderán en estas cuatro paredes, como lágrimas se irán. Siempre que no tengo sueño y no puedo descansar, invento más de mil palabras y busco una verdad".



Nos comunicábamos incluso con canciones. Tal era nuestro afán de comunicarnos a todas horas, de absorber cada momento que podíamos tener al otro. Quemamos cada instante, no perdimos una sola oportunidad, no desperdiciamos nada. Una forma de definirlo es "absorbes a los amigos como a cabezas de gamba"; bueno, o me absorbió a mí así. Pero cuando la cabeza de la gamba queda seca, ¿qué pasa? ¿Qué pasa cuando ya no hay más que absorber? "No me repitas qué hora es, las 7 y 27, ¿o no? No te echaré de menos en septiembre, verano muerto, veré a las chicas pasar, será como esa canción de los años 80".



Y entonces ocurre que te comunicabas con canciones, que te explicaba su vida con canciones, que le explicabas la tuya con otras muchas canciones. Y entonces ocurre que cada canción te recuerda a algo y duele. Duele porque te da pena y no sabes si porque aquello se perdiera o porque aquello ocurriera. Porque, para bien o para mal, ocurrió y te dio algo y le diste algo, porque fue Cosa de Dos,



"Nada cierto, nada nuevo, nada más que lo que quieras escuchar

en un pequeño instante, en un momento de debilidad, el mismo error constante,

un paso adelante y dos atrás, la misma piedra en el camino del que no veo el final...

Y aunque no te quise mentir, tampoco te dije toda la verdad ....

Tal vez me sobre el dolor, me falte el valor para decirte adiós ...

Lo que daría por entrar en tu cabeza para saber lo que nos pasó,

para saber qué es lo que hice mal"



Porque me quedo con la sensación de no tener las cosas claras. Porque toqué el cielo de su amistad con algo más que los dedos y de repente no llego ni a verlo desde áquí abajo. Porque todo se acaba y no entiendo aún qué pasó. Porque, "ahora que te vas, debo confesarte que te has dejado un plato sucio en tu lugar", un plato que ha empozoñado los buenos sentimientos después de ser, como siempre, la que dice La Frase Tonta de la Semana,


"No seré yo quien te despierte cada mañana...

Ya no estaré detrás de ti cuando te caigas pero no creo,

sinceramente, que te haga falta.

No seré yo quien guíe tus pasos cuando te pierdas.

No seguiré quemando noches vrente a tu puerta.

Ya no estaré para cargarte sobre mi espalda

pero no creo, sinceramente, te haga falta.

Y, en la distancia, ya no seré más tu parte incompleta"


Y sé que los dos estaremos mejor cuando me vaya. Porque el trayecto de ese tren que es la vida y que nos permitió ir en el mismo vagón era muy corto y pronto se bifurcaron las vías pero estoy segura de que de algo debió servir compartir el mismo paisaje durante ese tramo del viaje. Porque, aunque yo fuera la artífice de algo que, espero, ocurriera ayer, o de algo que ocurrió hace ya un tiempo, los amigos nunca piden nada a cambio ni siquiera cuando solo se les reclama en los malos momentos. Porque sé que los dos estaremos mejor cuando me vaya.


2 comentarios:

Unknown dijo...

Pues si, ja he llegit el blog. I si, l'he entès. Serà perquè jo també em sento així de tant en tant, amb certes persones...

M'ha encantat el cafe aquesta tarda, encara que fossis de gelatina (jeje!!!)

Petonetssss!!!

Noemí dijo...

He leido el comentario de Anna y he releido lo que escribí y ¡qué bonito me quedó! Además, poético y lleno de nostalgia pero sin sentimientos negativos, que es lo mejor, ¡más bonito todavía! En fin, espero que os guste a todos los que lo leais, incluido el protagonista si es que osa asomarse por mi blog (esto ya incluye algo de rancunia, jeje).