jueves, 17 de enero de 2008

un nuevo amanecer

Este es de esos días en que me recuerdo a mí misma que hay muchas cosas buenas en mi vida y que "la cosa mala" no existi´ría si no existiese la buena, la mejor, de hecho. Ahí queda dicho.

sábado, 5 de enero de 2008

una noche diferente

Ayer un amigo me dijo que esto parecía un monográfico, así que cambio de tema. Hoy se lo dedicaré a Juanan y Tania. Ayer fue una noche diferente, de esas que sin planearlas salen incluso mejor, como suele pasar. Fue una noche de probar cosas nuevas, de recordar viejas anécdotas y de reir mucho, además de aguantar las bromitas de Juanan.
Hoy obviamente suena "Torero" de Chayanne y la canción que Tania elija de todas las que me explicó ayer. Porque ellos son así y nunca te aburres, ni con las locuras de él ni con la mente tan despierta de ella.

miércoles, 2 de enero de 2008

balance del 2007

Aunque hayan pasado dos días desde que empezó 2008 y esto debería haberlo hecho ya el 31 de diciembre, me animo ahora a hacer balance del año ya terminado. Ha sido un año complicado, lleno de cosas, con momentos realmente buenos y otros no tan buenos, con altibajos, con buenas y malas experiencias, pero experiencias al fin y al cabo, que también hay que vivirlas para aprender y repetir solo lo bueno.
Un año que empecé y terminé con la persona adecuada, en la que mantuve a los amigos que tenía, en el que no todo fue bueno pero al final solo quedó lo bueno, un año de trenes que coger y que aproveché. Y de muchos instantes que murieron porque, como dice Paloma en La elegancia del erizo, "Quizá estar vivo sea esto: perseguir instantes que mueren".
Tal vez de eso se trata todo, de mantener la ilusión de vivir pensando en que aquello que no nos gusta demasiado es un pequeño peaje para vivir y conseguir aquello que nos hace felices, que hace que nuestros ojos se iluminen y que sonríamos sin cesar.
Jodorowsky, en un cuento del que no recuerdo el título pero que sí recuerdo de dónde saqué (una amiga nos lo regaló en un momento de felicidad), describe un pueblo en el que en las lápidas del cementerio no aparece la edad de la persona que ha muerto sino una suma de todo el tiempo que fue feliz. ¿Y si solo vivimos realmente los momentos en que somos felices?
Una buena reflexión que al menos a mí me hace pensar que debo vivir más, que debo convertir los momentos malos en buenos porque ese el modo de vivir más (y mejor).
Balance del 2007: viví, y viví junto a quien quería en cada momento (aunque fuera yo misma).
Propósito del 2008: vivir aún más.
Suena: mis pensamientos, que no es poco.
Porque: estoy viviendo.